sábado, 13 de noviembre de 2010

La Carta

Mucho tiempo ha transcurrido desde aquel entonces, y nada de lo que solía ser y prometieron que sería, ha vuelto a su origen. El mundo ha cambiado radicalmente y no es ni la sombra de antaño.

“Las ciudades dejaron de ser ciudades, la vida dejó de ser vida y la Humanidad… la Humanidad perdió su propia humanidad”


Todo aquel pasado, prohibido ahora e inexistente, ha llegado hasta mí, como una mera burbuja del ayer: una cápsula que amenaza con estallar y lanzar los miles de fragmentos del recuerdo a todo el vacío eterno en el que decidimos sumirnos. No debemos perderlo y tan sólo tengo un instante de lucidez para decírtelo antes que las tinieblas vuelvan a dominarme.

Es un conocimiento que no debe extraviarse, una tradición condenada al olvido, tapada por unas verdades a medias que concibieron una realidad difusa a la cual, ni tú, ni yo pertenecemos.

Corrían los primeros años del siglo – o quizás fuera el final del anterior. Han transcurrido más de doscientos años y mi débil memoria no puede recordar con precisión los detalles

El mundo vivía convulsionado y una época reformadora se avecinaba sin que nadie pudiera sospecharlo ni evitarlo.

Por aquel entonces, dos Razas dominaban la Hermandad, en constantes disputas por conseguir el poder. Dicen que fueron la evolución de unos seres anteriores que en un instante fatídico del alba de los tiempos, más allá de donde memoria alcance a recordar, nos escindimos los unos de los otros, logrando así alejarnos por todo aquello que nos diferenciaba, más que acercarnos por lo que podía habernos unido.

Las Razas son casi tan antiguas como la Humanidad y nacieron mucho antes del advenimiento de la tercera era, cuando el mundo, agotados todos sus recursos y casi extinta la vida, amenazaba con disolverse y desaparecer. Y sólo con la venida de "Ellos" se equilibraba la frágil balanza de la que pendía el futuro del planeta.

Los primeros que nacieron de los humanos, fueron los llamados Buscadores de Sueños. Eran seres complejos y extraordinarios, llenos en su totalidad de una sustancia plateada y viscosa. Donadores de vida y luz.
No se diferenciaban de los humanos en nada; pero si les mirabas fijamente a los ojos, en el fondo, donde se leen los pensamientos, brillaba sin poder ocultarse la Materia Onírica.

La otra Raza eran los llamados Gneos Ni buenos ni malos, sólo diferentes. Estos, a su vez, estaban tan vacíos de materia como llenos los Buscadores. Se movían por puro impulso de un Gas Gnosis que los componía y al igual que los otros, era imposible reconocerlos.

En realidad no sé si todo esto es cierto; prefiero creer que sí, pues si no, estamos realmente abocados a la perdición.

La Hermandad se nivelaba gracias a la mezcla Materia con Gas y es por esta mixtura, que logró seguir latiendo, regenerándose y en cierto modo, sobreviviendo al ser dadores del alma.

Mas te digo, pequeña, que los tiempos han cambiado. Las leyendas y los fragmentos de recuerdos se perdieron entre la segunda y tercera era.

He conseguido, como quien arma un puzzle incompleto, reordenar las partes del cristal que resultó este ayer confuso; aún así, tengo lagunas por completar que intentaré inventar, si es que soy capaz.

La Guerra se cernió sobre la Humanidad sin avisar y solamente cuando sus estragos hicieron mella en los Seres, entonces, demasiado tarde, comprendimos que sucedía.

Poco a poco el mundo dejó de latir otra vez. La esencia donadora desapareció dejándose de filtrar en la realidad. Mejor pensado, dejó de ser eficaz. Ciertas especies perecieron, como los que velaban los sueños de los niños, quienes se volvieron transparentes; entonces dejaron de existir los sueños y tras ellos, los niños.

Los límites de la sabiduría rozaba un poco por debajo la Eternidad de la Bi-Raza. Pero quisieron llegar más allá.

De todo esto que te cuento, nada será reconocible por ti. Conseguí averiguar la verdad y su porqué también demasiado tarde, aunque no lo suficiente como para perderme en el camino.

Los Buscadores estaban extinguiéndose.

Lo que no se supo, querida Iskhaneirâ, es que los Humanos ansiaban controlar el poder de las Razas y sólo podían obtenerlo a través de la Mezcla.

Dicen las leyendas, que en los albores, las Razas, escribieron el camino de todos y cada uno de los vivos que existían, que existieron y que alguna vez existirían, codificados en astillas de estrella. Las pusieron lejos de su alcance, cerca del firmamento, esperando el momento en que cada fragmento ocuparía su lugar en el devenir.

Los Gneos culparon de tales anhelos, a los Buscadores. De envenenarlos con exceso de Materia, de corromperlos con deseos absurdos y promesas imposibles. E impusieron el Régimen de la Razón
Censuraron las voluntades y amilanaron a las mentes creativas que los movían. El arte fue lo primero en languidecer seguido de los inventos, las fantasías y todo aquello que estaba insuflado de Materia.

Inyectaron una mega-dosis de Gnosis para contrarrestar. Los seres comenzaron a volverse grises, pétreos e inanimados. Uno igual al otro y este igual al anterior, al que sucedía, al que se iba o se quedaba. Seres iguales, viviendo en lugares iguales, laberintos iguales, donde todos ellos eran un eterno Asterión; lugares sin salida. Lugares sin vida.

Entonces los Gneos mandaron construir las mal llamadas Urbes. No-lugares escondidos, para no recibir , ni recordar haber recibido, el destino guardado en los astros; confinándolos en un ambiente estéril y viciado de Gnosis.

Fue cuando la Humanidad se sentenció.

Los seres perdieron la capacidad de amar, de reír, de pensar. Con ellos la capacidad de tener esperanzas. Y finalmente, la capacidad de vivir, sumidos en un ciclo de monotonía y rutina.

Los objetos que recordaban otras épocas, fueron confiscados en un intento por borrar un pasado de se desdibujaba a cada instante.

"Las ciudades dejaron de ser ciudades, la vida dejó de ser vida y la Humanidad… la Humanidad se vio despojada de todo aquello que la hacía llamarse Humanidad.
Y los Buscadores se agotaron de buscar sueños que no existían y simplemente se extinguieron… pero dentro de la densa oscuridad permanece un halo de luz cortante"


Si. Como imaginas, conocí a la última Buscadora.

Cuando todavía se usaban los nombres, ella tenía el más delicioso jamás pronunciado.

Sentada en uno de los último lugares verdes que perduraban (y que nunca llegarás a conocer), me confesó todo a duras penas mientras agonizaba. Vivía como sombra oculta manteniendo viva la llama de los últimos delirios, recipiente del último resquicio de Materia, para conservarlo y legarlo.


La esperanza seguiría habitando en la luz de estrellas que habíamos recogido para formar nuestro porvenir, espacios atemporales por los que transitábamos con alegrías robadas… con segundos robados. Espacios que ahora comienzo a recuperar.

A su partida, dejé de creer, pues los seres habían dejado de ser seres.

Hoy, un brote de fe me alienta y me impulsa, pues recién ayer te encontré. El futuro renació.

Iskhaneirâ, aún eres joven y no alcanzas a tener conciencia del destino que te espera.

Eres la herencia de todo lo que todavía es fábula. Eres el germen que renovará las conciencias; un nuevo génesis. Eres, porque la Humanidad desea recuperar su memoria colectiva.


Más de un siglo ha pasado desde que ella sucumbiera y ahora tú, hija del milagro, estás aquí. Tienes el primer nombre en mucho tiempo, cuando hace décadas que yo olvidé el mío.

Sé que mi estancia aquí se agota y sólo en este instante, en el umbral de mi fin, comprendo cuál es mi misión. Este puzzle incompleto jamás será completado por mí. Mis añicos de destino están colocados. Es la última migaja la que resta por encajar. La llave maestra que cierra mi círculo… el punto de origen que tú comenzarás.

Mi fin, es sólo tu comienzo, tu lucha por devolverle la salud a este Universo extraño.

Esta partícula que te lego, es el último fragmento de estrella que los seres encontramos. Con él cimentarás una nueva historia, abrirás una nueva era y regalarás un nuevo amanecer. Cáliz del último rescoldo de Materia Onírica que he custodiado a buen recaudo.

Infinitésimo del que forjarás un infinito y cuya insignificancia, encierra en su potencia la semilla de un alba.

Es ella, soy yo, tú y todo, concentrado en un segundo. La herencia guardada. Ese era mi renglón en la obra, perdurar hasta transmitirte este legado, hasta conocer a quien pueda derramar la Materia como simiente de vida.

Como intuyes, linda niña, eres la Última. Eres a su vez la Primera, eres el recuerdo de la Raza que insiste en perpetuarse.

Pero no estarás sola esta vez. Yo me iré, pues concluyó mi cometido. La Humanidad será quien te ayude. Desean despertar, recuperar lo que les perteneció y les robaron. Es algo latente en ellos, intrínseco a su naturaleza.

Ve Iskhaneirâ y de este vestigio que aquí te entrego… devuélveles sus sueños.

sábado, 9 de octubre de 2010

Rodrigo de Guadalete

                 Aquí os dejo otro personaje para vampiro, en Edad Oscura.
Rodrigo es uno de los diligentes de la Hispania vampírica sobre el año 1000. Se dirige a una reunión orquestada por Andrés de Ponferrada, quien les tenderá una trampa. Su historia comienza en el punto que parte al encuentro. Pero lo anterior... lo cuentan estos fragmentos de su memoria.


“En el año de nuestro señor de setecientos once, a mes de julio, me encuentro frente a frente con las hordas sarracenas del comandante Tariq y Muza. Nos superan en número y fuerzas. Su fe les ha traído hasta las tierras que mis padres llevan gobernando desde tiempos ancestrales. Y yo, Don Rodrigo, último rey visigodo, estoy aquí para combatirlos”

El sol daba de cara y esa es la desventaja de los que van a perder. Desde sus espaldas, más de mil jinetes de la caballería, preparados con lanzasy adargas. En la colina de enfrente se contabilizaban diez mil caballeros musulmanes portando la media luna en sus astas. El sudor corría por la frente de Rodrigo cuando dio el aviso de ataque.

“Hace más de cuatro lunas, vino a mí, ella. Era una señora alta y hermosa. Era noble, una Princesa. Su rictus severo me dejó entrever que había visto más batallas de las que mis jóvenes ojos jamás comprenderían. Otras batallas. Necesitaba alguien para combatir las fuerzas de la oscuridad que habían penetrado en el reino desde la llegada de los enviados de Ala.
De su propio interior me dio fuerzas para deponer a los sicarios de Damasco, pero nada de eso es suficiente. Ojala llegase un milagro que nos permitiera salir victoriosos de esta Guerra. Por la gloria de Dios”

La lucha encarnizada se debatió más de dos días a caballo y a pie. Los soldados caían en el campo de batalla, producto del desangramiento y la fatiga. Rodrigo, como hombre valeroso, había portado con orgullo las insignias que lo habían hecho rey. Tres hombres a su frente y ahora sólo la luna le acompañaba. Su caballo se encabritó, cuando quiso darse cuenta, tres flechas surcaban el pecho del corcel. Cada una de cada caballero. Tardó poco en morir su fiel amigo. Pero él, no cayó. Al menos no de esa manera

“Se cuenta, que han encontrado el caballo del rey a orillas del Guadalete, muerto. Es lo que hablaban las leyendas populares. Se sospecha que el rey murió con él y los infieles han llevado su cabeza, blandiéndola como un triunfo entre los suyos. Esa noche, entró el mal en nuestra tierra para quedarse”

El hombre despertó en una celda oscura con una mujer a su lado. Aquella que poco tiempo antes, había ido a darle fuerzas para la contienda que se avecinaba. Lo que el noble no sabia, era, que por lo que debía luchar es su alma y no su vida.
Ahora tendido en el camastro y con las heridas sanadas mira a la señora  y siente una profunda gratitud. Ella le habla y le explica lo que es y así comienza, en la oscuridad, sus días.

“Desde aquella noche, lucho contra la amenaza del sur que se extiende como un parásito por nuestras tierras. Soy don Rodrigo de Guadalete, cainita de los Nobles Ventrue y chiquillo de la Princesa Beatriz de Burgos, que en el día 16 de julio del año 711 de nuestro señor, decidió unirme a sus huestes para defender las almas de los hombres que habitan en la luz.
Hace más de trescientos años de aquel hecho, y hoy mi fiel escudero Fernando y los dos sirvientes de Beatriz, los que me llevaron moribundo a sus brazos, me acompañan a una reunión al norte de Medina del Campo.
Llevo tres siglos batallando por conseguir una Hispania libre del yugo, la tiranía y la opresión. En la esperanza de conseguir un entendimiento, acudo a la cita raudo. Confío en que esta reunión de los reyes Castellanos lleve a buen puerto el fin de la guerra. Y que Dios proteja nuestras almas”

Don Rodrigo de Guadalete, enero del año 1012
Extracto de sus memorias

domingo, 13 de junio de 2010

ANNA

Tras un tiempo sin escribir, aquí os dejo la historia de un personaje nuevo. Estará ambientado en la Nueva orleans sobre 1794 aproximadamente, en un mundo como las novelas de las "Crónicas Vampíricas " de Anne Rice, donde la raza de los vampiros son seres bestiales y monstruosos, a la par que encantadores y  seductores. Una visión casi romanticista de ese mundo de la oscuridad

La protagonista es Anna de Witt. Una joven heredera de 16 años..... El resto de cosas  os la contará su historia. 

Tia Margaret

Anna
Gäel
 
Aquel día estaba sentada en la sala de estar de Tía Margaret. Llevaba dos horas aguantando su sempiterna charla sobre el papel de una mujer, sobre el recato y sobre el deber para con mi familia.
Está claro que Tía Margaret es soltera. Tenía arrugas desde que la conocí y según mis recuerdos de eso hace casi 16 años.

Como iba diciendo, la tarde se me antojaba aburrida y monótona. Me estaba abanicando con mi mano enguantada. Eran los primeros días de Julio y en Nueva Orleáns eso era sinónimo de un bochorno sofocante. Nunca pasa nada en este lugar provinciano.

Sentada con recato en el sofá, estaba asfixiándome con mi vestido blanco inmaculado de tafetán que padre había hecho traer expresamente de París. Mi mente divagaba por entre los maizales de la hacienda, mucho más libre que mi cuerpo.

Los bucles habían comenzado a deshacerse de mi tocado conforme avanzaba la tarde. Nunca comprendí porqué si Madre y Padre iban a la reunión del Alcalde, yo debía quedarme con alguna carabina.

En Boston, donde vivía hasta hace 5 años, la vida nocturna era más ajetreada y divertida. Ahora, en la Hacienda de Witt todo son trabas y aburrimiento.

A lo que viene la charla de la tía es, a que en dos meses más o menos, voy a casarme con un hombre que me dobla la edad, la corpulencia y el patrimonio. Es algo que he evitado a toda costa pero la edad de merecer y la oportunidad de obtener un enlace provechoso para mi familia… está pasando.

Tía Margaret seguía con su perorata cuando decidí ir por limonada. Sumisión, esa era la clave. Lo debió ver con buenos ojos y aunque tiene un excelente servicio doméstico de color, fui por la bebida. Al fijarme, había caído ya el sol por el horizonte y comencé a oír tambores que llamaron mi atención en el patio trasero de la hacienda de Margaret.

Sabía que los esclavos y los de baja ralea se reúnen para celebrar sus festividades paganas, lejos de las manos del señor todopoderoso, unas herencias arraigadas de cuando vivían con los animistas en África. O al menos eso es lo que dice el tío Clancy, el reverendo de la parroquia del Norte.

Ese día no habría sido nada digno de mención ni de recuerdo, si no hubiera sido porque me topé con una de las criaturas más fascinantes que jamás pensé que poblasen la tierra.

Él era alto y fibroso. Masculino. Demasiado masculino. Su color más que negro era semejante al chocolate claro y sus rasgos eran finos, demasiado para ser un hombre de color. Sin embargo lo que más me impactó no fue su mirada cambiante y dorada, sino la lujuria que conseguí ver a través de ellos.

El fuego relucía cercano en una hoguera y los mestizos y mulatos danzaban a su alrededor mientras bebían. Pero nada de ese frenesí parecía afectarme y el mundo a mi alrededor discurría tan lento como si se hubiera podido paralizar.

Fue solo un segundo. Recuerdo que fue solo un segundo. Un solo segundo que me desvelo un sentimiento profundo y desasosegante: que la sonrisa sardónica que esbozaba podría conducirme a la perdición si se lo proponía.

Jamás pensé que así sería.

Abochornada y ruborizada por mis sentimientos huí de la posesión de sus ojos con vergüenza, escondiéndome de su influjo, chocándome con las paredes hasta llegar al estar. La respiración entrecortada y la incomodidad tardaron demasiado en pasarse. Y mientras Margaret, ajena a mis tribulaciones, proseguía con su discurso, mi mente rememoraba ese segundo fatídico.

Desde entonces, todo cambió. Las noches se volvieron insoportables en la soledad de mi alcoba y pensamientos impuros, lascivos, poblaron mi mente sin saber siquiera de dónde podrían provenir. En mi condición de heredera virginal, habían protegido mi inocencia. Mas el sentimiento que se extendía desde el interior de mi vientre cada vez que pensaba en Él, mi misterioso desconocido, tenía poco de casto y recatado. Era fuego y líquido.

Las visitas a la casa de Margaret me producían una mezcolanza de angustia y anhelo. El pavor de verlo y el temor de no verlo. Una contradicción dentro de mi misma. Un acto que despertaba la mujer libidinosa que subyacía dormida en mí. Él despertaba en mí el deseo del pecado.


Al anochecer de otro día de Agosto, volví a toparme con sus ojos que regresaron a prendar a los míos. Esta vez, la Hacienda dormía. Nueva Orleáns hibernaba en el silencio de los grillos entre la paja segada. Las antorchas habían sido apagadas hacía horas y era de suponer que todos estaban a merced de los brazos de Morfeo.
La desazón de mi soledad y el calor insoportable del estío me habían obligado a salir a porche, a pasear. El camisón se enredaba entre mis talones al avanzar, se pegaba a mi cuerpo y el aire estancado apenas movía el pelo revuelto.

Y de repente, Él estaba ahí. Seductor y furtivo. Mirándome desde la oscuridad que arrojan los árboles. Oculto de la luz de la luna, pero sus ojos, esos ojos por los que me convertiría en una mujer perdida si me lo pidiera…. esos ojos estaban ahí.
Y otro segundo después ya no estaban. La confusión y la congoja me azotaban a partes iguales. El no saber donde había ido y la sensación de pérdida por no encontrarle.

Otro segundo y noté como estaba tras de mí. Y el mundo empezó a girar y yo con él. Sus pasos seguros no hacían resonar la madera del piso. Mis pies desnudos si sentían ese tacto rugoso, tanto como mis manos podían intuir la tersura de sus músculos bajo el linón de la camisa tosca. Bajé la mirada por pudor y vergüenza, mientras el seguía a mi alrededor, caminando suave, acechándome como un depredador. Mi propia percepción era capaz de notar que dibujaba de nuevo esa sonrisa de perdición en su rostro de ángel de ébano.

Solo fue otro segundo y su mano (una mano suave, no de esclavo) elevó mi mentón, haciendo que me perdiera de nuevo en el abismo oscuro de sus ojos dorados.

Y al siguiente segundo es cuando comencé a pensar que no era más que otro producto de mi imaginación. Un sueño. Estaba sola en el porche.

Sola y en silencio.

Y sin embargo el lugar donde rozó mi piel, aún me arde.

martes, 23 de febrero de 2010

El amanecer

Estaba revisando de entre mis papeles digitales. Removiendo entre los recuerdos que nunca olvidaré por mucho que viva. Encontre cierta cancioncilla que compuse hace .... ummmm .... hace ahora unos 7 años.

Me despertó nostalgia porque recordé una noche que (jamás pensé que diría esto) pero, ahora la tengo como algo bueno. Una anécdota divertida que contar cuando sea mayor, de mi época de estudiante.
Recuerdo como nos pasamos toda una noche componiendo formatos, pegando trozos de la maqueta.
Recuerdo además... como nos asustamos al ver salir el sol. ¿Por qué tenía yo una ventana dando al Este?... que vampiresilla soy. Pues, el ver como el dorado inundaba mi habitación nos provocó panico a esa Gran Silvi, La Gran Ana y ... a mi misma. El S.A.S. al completo. (¿recordais chicas?)

Que tiempos, cuando Autocad 2000 daba error fatal. Los primeros pinitos en un mundo de informática que se compondría de parte de nuestra vida. Quién lo diria. ¿Recordais los cascotes de madera de balsa, cartón pluma y (oh dios) el tufo a pegamento de pegar dedos?

Alguien me dijo que al final, olvidariamos lo malo y nos quedaríamos con esos recuerdos. Ana dandose cabezazos contra la esquina de mi baño. Silvia.... riendose y yo acordandome de la PdI (puta del infierno) de mi impresora en compinche con mi ordenador demoniaco y poseido por sombreados que se movían.

Cuando habíamos dado la cuarta vuelta a la lista de reproduccion (Silvi, por fi, cambia la lista XD, con operacion triunfo....ejem)

Bueno pues aqui os dejo la letra. La musica es de los fresones rebeldes "Al amanecer". Musica original

EL amanecer. 

No es que me emocione otro amanecer
es que es el segundo que ya vuelvo a ver
es que yo estoy que ni me mantengo en pie
es que no duermo... desde antes de ayer.

Un dos tres y ...
Cada entrega me vuelve a ocurrir
comienza el dia y sigo sin imprimir
no me salen las líneas, yo no puedo seguir
Y es que esto ya no tiene solución,
si apago el portatil se me queda peor
y si le prendo fuego, quien se jode soy yo. 

No te pares nena, venga que me tengo ya que ir
No te pares "beiby" y termina ya de imprimir
Por favor, profesor, necesito un día más
hoy no puedo entregar, porque tengo que plottear. 

Cada entrega me vuelve a ocurrir, 
termina el día y sigo yo sin dormir
Mañana examen y no puedo seguir. 
Es que esto no tiene comparación. 
Si me dejo las mates, 
me queda construcción, 
pero si suspendo proyectos ¿que hago yo?
Y no tengo apuntes y ha clase no he podido ir
¡y ahora que me estudio!
en geometría me van a crujir. 
Por favor, director, organice esto mejor
y en el de construcción, distribuyannos pharmaton.....


PD: Para ellas, vosotras sabeis quienes sois ;).... (patri aunque nos reniegues tu tambien estas ahi dentro... algún dia pondré el nacipatapa)

martes, 5 de enero de 2010

Feliz Año!!!

Es propio felicitar el año el dia 1, pero...es que todavía estoy saturada de esas palabras. No se a quién le deseé un "próspero 2010" y a quién no. A quién vi y a quién no vi.

Va para todos esos que las Navidades llega un punto que son abrumadoras. Por esos que no les gusta los mantecaos (pero si las hojaldrinas). Por esos que tendrán una discusión con la balanza el día 6. Para los que se incorporan a trabajar o a estudiar el día 7. Por los que tras el papel de regalo arrugado en una esquina, queda un cierto sentimiento de vacío en esta vorágine consumista de regalos ( y que conste que me encanta ver la cara que ponen al abrirlos)

Para que todos tengan un buen año, independientemente de cuando empiece para ellos. Tal vez el día que aprueben una oposición empieza su nuevo año, o cuando nace su hijo (felicidades Moni) o cuando saben un resultado positivo o encuentran un amor.

Para todos, esta canción de Mika que alegra la entrada de año. (He de reconocer que esa estética Cartoon años 70, cada día me engancha más. Gracias Guz por enseñármela)